A ESTUDIAR ....¡TAMBIÉN SE APRENDE!
En toda nueva
estrategia de aprendizaje, el primer paso suele ser el más difícil.
Los pasos sucesivos se vuelven progresivamente más fáciles. Cada avance es
mayor que el anterior.
Esto es así porque toda nueva destreza se produce gracias a lo que se llama internalización:
el pasaje de un movimiento o pensamiento de la mente consciente a la
subconsciente. Cuando algo se internaliza libera energía de la
consciencia que puede ser usada con otro fin.
Un ejemplo sencillo: si estás aprendiendo a manejar no te conviene
distraerse hablando con un amigo, en cambio, una vez que has internalizado
todos los movimientos para la conducción de un auto, y éstos se han vuelto
automáticos, puedes conversar sin ningún peligro para ti y tus
acompañantes, porque la destreza se ha vuelto inconsciente, y la
consciencia actuará sólo en caso de que una situación especial la requiera.
Cuanto más aprendemos, más fácil nos resulta aprender. El proceso es
similar al entrenamiento en una actividad deportiva: cuanto más se practica,
más fluida resulta la práctica y mejores son los resultados.
Cada vez que piensas y sientes que puedes aprender más, estás ‘abonando
el terreno’ para una mejor ‘cosecha’.
El buen trabajo
intelectual es la concentración de todas las energías: físicas,
psicológicas, afectivas y espirituales
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HÁBITOS QUE
FAVORECEN LA CONCENTRACIÓN
Cada cosa a su
tiempo.
Conviene que siempre estudies a las mismas horas. En módulos que puedas
controlar., libre de interrupciones, excepto las que impongas por tu propia
conveniencia. HORARIO FIJO en LUGAR FIJO.
El grado de
concentración dependerá del nivel de la actividad.
Cuanto más importante o compleja sea ésta, mayor focalización requerirá,
una dedicación consciente y especial,
por ejemplo, para algún cálculo algebraico, o para escribir un texto original.
Premia sólo la
buena concentración.
Muchas veces el dejar de estudiar ya es un premio en sí mismo : una
consecuencia reforzadora. Así que sólo debes suspender cuando hayas completado
alguna meta. Si tiendes a distraerte, puedes recurrir a decirte “Me voy a concentrar ahora para captar estas dos páginas y
luego tomaré un descanso”. El descanso será el premio por focalizarte en esas
dos páginas, y no abandonar sin haber cumplido nada. Es fundamental lograr
algún “cierre” de un tema, antes de la gratificación que te darás. El mismo
“cierre” es una satisfacción en sí. Algo terminado.
Cortos pero
buenos.
Asígnate módulos entre 15 y 35 minutos, dependiendo del tipo de material. A
medida que te entrenes, conviene que vayas estirando los períodos, como
un atleta que se entrena. Un poquito más cada vez, y tu atención se irá
fortaleciendo.
Cuando te
sientas, comienza de entrada con la tarea.
En el mismo lugar, a la misma hora, y si es posible, de la misma forma.
Como colocar tu libro en el centro, las lapiceras a la derecha, prender la luz
a la izquierda con la mano izquierda, teniendo las hojas para apuntes en el
estante superior, etc. ¡Y de frente a la tarea! Si empiezas a divagar, corres
peligro de adquirir un mal hábito, el de dar vueltas antes de comenzar.
Tiempo de Meta en
vez de Tiempo de Reloj.
La palabra esfuerzo muchas veces puede representar en tu mente algo penoso,
desagradable, lucha inútil. · Descansa lo
necesario, una vez conseguido el objetivo propuesto en la tarea anterior. Sólo así se
podrá acometer otra tarea distinta y concentrarse plenamente en ella con el
mismo y tenaz propósito.
No fuerces jamás
la máquina mental. Trascurrida dos horas de estudio,
hay que descansar brevemente para relajarse de la concentración mantenida hasta
ese momento. El momento de descanso lo marca el propio organismo y los síntomas
de cansancio pueden ser el picor de ojos, el entumecimiento de los miembros, cierto
sopor... y sobre todo, la fatiga mental. Cuando aparezcan estas señales deja de
estudiar.
Cambia de materia
de estudio, esto ayuda a prolongar por más tiempo la concentración. Si se dedica una
hora a una materia determinada haciendo dos descansos de cinco minutos, se
podrán dedicar otras dos horas a materias distintas con descansos un poco más
prolongados (de unos diez minutos, sin que descienda realmente el nivel de
concentración).
Haz algo, ¡no te
quedes sentado solamente! Conviene que agregues acciones físicas concretas a tu vista,abajo hay una lista disponible para consultar. Los estudiantes activos emplean
mucho menos tiempo que los pasivos, y se presentan más seguros al examen o al
aplicar los conocimientos.
LO QUE DEBES HACER
1. Subrayar,
destacar.
2. Marcar o
escribir en los márgenes.
3. Resumir,
organizar textos.
4. Parafrasear en
forma escrita u oral (repetir lo leído con otras palabras).
5. Asociar con
imágenes, escenas, etc.)
6. Emplear reglas
mnemotécnicas (ver MEMORIA).
7. Generar
preguntas y contestarlas.
8. Asumir el rol
del maestro (imaginarlo o hacerlo real) sobre el material estudiado.
9. Hacer diagramas
creativos.
10. Enseñar a
compañeros de estudio o compartir con ellos.
LO QUE NO DEBES HACER
1.
Dejarlo todo para el último momento e intentar preparar un examen en uno o dos
días, a base de horas restadas al sueño.
2.Estudiar sin realizar pequeños descansos cada dos horas que
te permitan relajar tu mente.
3. Dejarte distraer por las visitas que lleguen a tu casa.
4. Contestar al teléfono mientras estudias. Pide a tu familia que te recoja los
recados y, cuando termines, devuelve las llamadas.
5. Imponte un día a la semana para expansionarte (haz lo que más te guste: ve
al cine ... ) y concentra en él tus citas. ( sábado o domingo)
6. No rompas tu disciplina diaria de estudio dejándote convencer por la falta de ganas.Tendrás tu premio a la constancia!!!!!
Analiza ahora tu forma personal de estudiar y organiza un cuadro con los items que cumples y los que no cumples, saca conclusiones y escribe un objetivo para este año, a fin de optimizar tu método de estudio.